3.22.2017

Estrenando la Sierra de Chía.

En esta ocasión, Javi y Concha se dirigen con sus splitboards a un área que no conocen, guíados por Jotas y Esther. Su objetivo es la Sierra de Chía, situada en la divisoria entre los valles del Ésera y de Chistau, cerca de Benasque, en el Pirineo de Huesca.

Le teníamos ganas a la Sierra de Chía, y el sábado 18 de Marzo se presentó la oportunidad de estrenar este itinerario. Nuestro amigos traveseros del valle de Benasque, Esther y Jotas, nos hicieron de guias como ya han hecho en otras ocasiones.

A esta sierra se accede por la pista forestal que une, desde el pueblo de Chía, el valle de Benasque con el valle de Chistau pasando por el Puerto de Sahún.

La pista nos dejó subir hasta los 1.650 m, donde la nieve ya cortaba el acceso al coche. Desde un poco más arriba, a unos 1.700 m, la nieve ya era continua y empezamos a foquear a las nueve de la mañana en dirección al Pico de Chía.
Estrenando la sierra de Chía
Ganando altura rápidamente.

Decidimos salir pronto de la pista, y empezar a tirar hacia arriba, en dirección a la cresta que discurre debajo del Pico de Chía (2.515 m), donde hay varios itinerarios para acceder a laderas interesantes, y muchos descensos posibles.
Estrenando la sierra de Chía
Rumbo a la cresta, a tramos la nieve no transforma tan rápido.

Las laderas son potentes, orientadas más o menos a este, y a las 10:00 la nieve ya empieza a transformar, aunque a medida que ascendemos encontramos antiguas placas de viento donde está más compactada.
Estrenando la sierra de Chía
Concha entretenida en unas placas de hielo.
Poco a poco, vamos girando hacia laderas más noreste, para dirigirnos hacia la cresta que une el Pico de Chía con la Tuca de Casanía. En el camino, encontramos placas de hielo que nos exigen mucha concentración.
Estrenando la sierra de Chía
Después de algún susto, nos ponemos los crampones.
La pendiente se pone muy vertical, y la nieve a tramos no transforma del todo, así que Concha y yo decidimos plantarnos los crampones para terminar de hacer los últimos repechos.
Estrenando la sierra de Chía
Concha en la Cresta de Chía; al fondo, la Tuca Casanía.
Ya en la cresta, a unos 2.400 metros, después de las barritas y las fotos de rigor, buscamos una entrada cómoda a la bajada, entre las muchas posibilidades que hay, más o menos verticales, pues hay para todos los gustos.

Estrenando la sierra de Chía
Inicio del descenso, con orientación este.
Estrenando la sierra de Chía
Gozando giros.
El descenso lo comenzamos hacia las 12:30 por palas noreste, muy amplias y con inclinación, con la nieve ya transformada. A medida que descendemos de cota, en algunos tubos más orientados a este, ya provocamos pequeñas coladas que nos hacen extremar precauciones.
Estrenando la sierra de Chía
Cortados debajo del Pico de Chía.
Un descenso muy entretenido, de unos 700 metros de desnivel, con una nieve crema que nos deja con ganas de repetir en cuanto las circunstancias nos dejen.

Riders:
Concha, Esther, Javi y Jotas.

Fotos:
Javi, Concha y Jotas.




3.02.2017

Splitboarding por el valle de Estós

En esta ocasión, Javi y Concha enfilan sus splitboards por el valle de Estós, en el Pirineo aragonés. Situado muy cerca del precioso pueblo de Benasque, es un valle bastante menos transitado que el área de las Maladetas-Aneto o Posets, pero no por ello desmerece una visita.

El lunes 27 de febrero, Concha y yo decidimos adentrarnos por el Valle de Estós, buscando las palas amplias de las caras sur del Frontonet o de las faldas del Perdigueret, esperando encontrar nieve transformada.

El día anterior habíamos pillado un menú variado de costra, placas de venteo y algo de polvo en caras norte en la zona de Paderna, así que optamos por lo seguro para el día siguiente.

Arrancamos desde el Camping Aneto, tomando la ruta del Valle de Estós, a lo largo del cauce del río. Avanzando por la pista que conduce hacia el Refugio de Estós, encontramos nieve continua a partir de los 1.500 mts, a pesar de las altas temperaturas que llevaba haciendo la última semana.
Presa del rio Estós, en el inicio del itinerario.

Nuestra idea era llegar hasta la Cabaña de la Coma, a unos 1.800 mts. Desde ahí teníamos dos opciones: tirar hacia el Frontonet (2.420 mts) que ya conocíamos porque el año pasado hicimos su cara norte , o bien subir directos hacia el Perdigueret (2.804 mts), hasta donde nos dejara el terreno, ya que no habíamos estado nunca.
Concha enfila hacia el bosque. Al fondo entre nubes, el Perdiguero (3.222 mts).
Después de foquear algo más de media hora por una amplia pista, y casi otra hora otra más por una senda laberíntica que asciende por bosques de avellanos, llegamos a la Cabaña de la Coma.
Javi adentrándose en el bosque de avellanos.
Desde allí, y viendo que hacia el Frontonet la ascensión era más larga, menos inclinada, y prometía una larga diagonal de bajada, decidimos tirar más directos hacia NE, en dirección hacia el Perdigueret.
La Cabaña de la Coma desde la ladera sur del Valle. Al fondo, las crestas de Ixeia y Perramó.
Atravesamos en diagonal decenas de palas super amplias, con nieve primavera aún compacta, todo para nosotros solos. No nos cruzamos con nadie en todo el día, ya que en invierno, esa zona del valle está muy poco transitada.
Subiendo hacia el Collado del Dalliu.
El dia avanzaba, y ya el bosque laberíntico nos había consumido mucho tiempo y energía, así que ascendimos hasta el Collado del Dalliu, a unos 2.400 mts, que es la subida más directa.
Antes de bajar, Ixeia desde el Collado.
A medida que avanzábamos por nuestro itinerario, pasamos bajo el arranque de muchas palas con buena inclinación, a derecha e izquierda, que nos daban muchas ganas de explorar. Nos hemos prometido volver para hacerlas !!!
Una de las muchas palas de este itinerario.
Además desde la Cabaña de la Coma arrancan varios pequeños valles muy apetitosos, similares en inclinación y longitud al que hicimos nosotros, para hacer en varios días.
Concha en plena bajada.

Nuestras trazadas en la nieve primavera.
En total, hicimos 1.100 metros de desnivel, con un descenso continuado de 600 metros de desnivel, que podrían haber sido 800 o 900 de haber tenido más tiempo y más energías. Sin lugar a dudas que es un valle para sacarle partido en dos o tres días, pernoctando en la Cabaña de la Coma, de acceso libre.
Cabaña de la Coma.
Splitboarders: Javi y Concha
Texto y fotos: Javi

2.24.2017

Ángel Orús y Posets con splitboard

El pico de Posets o Punta Llardana, es la segunda cumbre más alta del Pirineo, sólo por detrás del Aneto, con 3375 metros de altitud. En esta ocasión nos dirigimos hasta el refugio de Ángel Orús, para intentar su ascenso con nuestros splitboards.
Empezando el camino
Empezamos el viaje el viernes por la tarde rumbo a nuestro primer destino, Campo, un pueblo cercano a Benasque en el que encontramos el hostal Turbón, bueno bonito y barato. Después de cenar, ultimamos los preparativos para emprender nuestra ruta al refugio Ángel Orús para, desde allí, intentar alcanzar la cima del Posets, la cumbre dominante del valle. No teníamos la esperanza de encontrar el camino al parking de Eriste despejado de nieve, de ser así, tendríamos que remontar otros 5 km y 400 m. de desnivel. Por suerte, conseguimos aparcar a escasos 500 m del parking y nos ahorramos un buen trecho. Empezamos a seguir el camino al refugio dándonos cuenta  que el acceso al mismo no están sencillo como a otros refugios. Un camino estrecho y con nieve discontinua  al principio, que seguimos durante dos horas hasta alcanzar el refugio. 
Camino al Ángel Orús

El camino es complicado a veces

Llegando al Ángel Orús

Una vez allí, avisamos al guarda que habíamos llegado, tomamos un refresco y decidimos dar una vuelta con nuestro Splitboard. Foqueamos durante dos horas y media más, dirección Posets,  para reconocer la zona y, de paso, hacer unos cuantos giros en polvo. La nieve en algunas zonas de rehielo había, transformado y era una papa muy rápida, por suerte, en la mayor parte de las zonas desde 2300 m para arriba, era polvo. Primer día con más de 1000 m de desnivel ganados y unos cuantos buenos giros. A las seis estábamos tomando un tentempié sin dejar de pensar en la subida del día siguiente dirección la cumbre del Posets . 
Mario en el refugio Ángel Orús

A la mañana, decidimos levantarnos con el alba aunque al final acabamos empezando más tarde de lo planeado. Empezamos a foquear con cuchillas desde el principio, por el continuo Rehielo en zonas de nieve transformada. A partir de cota 2300 y en todas las zonas de sombra progresábamos sobre polvo. Nos esperaba una bajada espectacular. 
Foqueando para ganar altura

Los Pirineos, espectaculares

El camino al Posets es corto pero intenso hasta alcanzar la base del mismo, donde realizamos una parada en un collado para descansar después de poco más de dos horas de camino, admirando la última canal hasta la cresta que te lleva a la cumbre. Un servidor, Mario, se retiró a 2900 m por problemas mecánicos en una rodilla, pero el amigo infiltrado con palillos, Raúl, decidió no perderse las espectaculares vistas que proporciona la cumbre, después de casi dos horas extra de camino, echando las tablas a la espalda y montando crampones en las botas, pues la nieve, por encima de los 3000 m, estaba bastante dura.
La cima del Posets

Vistas del Pirineo desde la cima de Posets

Finalmente nos juntamos a 2900 m y disfrutamos de una gran bajada hasta el refugio ángel Orús, donde recuperaríamos fuerzas para seguir bajando hasta el coche. La bajada no iba ser fácil, puesto que el estrecho camino estaba muy marcado por huellas de pisadas, y para mi, una vez superado el bosque, no hubo otra opción que quitarme la tabla y seguir caminando durante algo más de 45 minutos hasta alcanzar el coche. 

Texto y fotos: Mario Sobrino y Raúl