Aullando a la luna llena

Las noches de luna llena tienen siempre un atractivo especial. Seas hombre lobo o no, siempre apetece un paseo especial en esas ocasiones. Así que decidimos utilizar la del pasado día 4 de Abril para darnos un (más que probable último) homenaje de splitboard por la sierrita.

A las 20:30, con el Sol perfilando el horizonte de poniente, empezamos a foquear rumbo al alto de Guarramillas por la pista de Pala de montañeros de la estación de esquí. Ya no tiene continuidad hasta abajo y hay zonas donde empiezan a asomar piedras, poco le queda a esta zona...

Miguel y Mario a mitad de pista.

 La nieve todavía está papa del calor diurno, aunque según ascendemos y el Sol ya se oculta completamente, empezamos a encontrar la nieve endurecida y eso que la temperatura no es nada fría, 10º C en el Puerto de Navacerrada.
Un ascenso tranquilo, sin complicaciones ni necesidad de cuchillas ni nada. Bueno si, dos sorpresas, y es que por dos ocasiones nos encontramos con dos personas que nos preguntaron por cómo bajar hasta el puerto. De noche, sin material apropiado, por las cumbres de la sierra... No pasan más cosas porque la Naturaleza no quiere. Les indicamos el camino más sencillo y sin nieve para que descendieran con la mayor seguridad posible y continuamos nuestra ruta hasta los cohetes de la Bola del Mundo.
Sobra decir que el espectáculo de luces que se observa desde la cumbre es impresionante. Sólo por esto ya merece la pena la subida hasta aquí. 

Descansando. Observando. Disfrutando.

Una vez repuestos y pletóricos, comenzamos una primera bajada por el ventisquero de la condesa. Encontramos nieve costra, de la que rasca aunque fácil de manejar. Un descenso tranquilo en el que ya se aprecia escasez de nieve, lo que nos obliga a buscar la línea de continuidad. Pese a ello, terminamos con una bajada de unos 200 metros de desnivel. La cara SO de Valdemartín se encuentra ya sin nieve salvo algunas manchas.

Un poco de reposo y comenzamos un tranquilo ascenso de vuelta hacia la Bola del Mundo. En esta ocasión si que usamos las cuchillas de nuestros splitboards.

Preparados para el retorno.

Una vez en la cima, dudamos entre regresar por la pista por la que hemos ascendido o bajar por el Tubo de Arroyo Frío. Finalmente optamos por bajar por la pala por la que hemos subido al desconocer el estado del tubo, no vayamos a tener sorpresa de última hora!

Y así concluye nuestra incursión nocturna en el Parque Nacional de Guadarrama, con un total de casi 6.5 kilómetros recorridos, 620 metros de desnivel positivo acumulado en 3 horas y 45 minutos.

Track y perfil de la ruta.

Riders: Miguel Candil y Mario Sobrino.

Fotos: Daniel Ateca