29 de enero, viernes, salimos Concha y
yo de Madrid, pronto por la mañana sedientos de nieve y de hacer
trabajar las tablas de split!. Los amigos de la Renclusa nos habían
dicho que había bastante nieve, y además el jueves por la noche
había caído una espolvoreada.
A las 15:30 estábamos ya saliendo del
parking del Vado de Llanos del Hospital, rumbo a la Renclusa. Por el
camino nos encontramos con Toño y Sandra, dos amigos de la zona. Con
Toño, amante de esplitear con bota de esquí de travesía, ya
habíamos bajado el Glaciar de la Maladeta en una ocasión.
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Concha y Toño en los Llanos del Hospital. |
A las 17:30 estábamos ya en la
Renclusa tomando una cervecita, saludando a los amigos y haciendo
hambre para disfrutar de la cena de la Renclusa.
Al día siguiente, temprano nos disponemos a empezar la jornada, ya con suficiente
claridad para comenzar a subir sin los frontales; no hace casi
viento, el cielo está limpio, y a la luna todavía se la ve brillar
a tope. Elegimos para subir el itinerario que más nos gusta, a la
derecha del Torrente de la Maladeta, dejando el Ibón de Paderna
abajo a nuestra derecha.
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Concha a punto de arrancar hacia Maladetas. |
La nieve no está mal, la costra de
nieve venteada se rompe con facilidad, y debajo hay polvo seco. En
algunos sitios hay acumulada algo de nieve reciente, y subimos sin
dificultad. Después de tres horas de foquear, ya en la parte alta
del Glaciar, en lugar de dirigirnos a la base del Corredor de la
Rimaya, decidimos subir más hacia hacia la derecha a buscar un
cuchillo de sol que se cuela por encima del Collado de la Rimaya, por
en medio de las crestas de las Maladetas: hace algo de aire, y a
3.200 metros de altura, a la sombra el glaciar es gigantesco
congelador.
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Javi , a 45 minutos de la rimaya de Maladetas. |
Son las 11:30, y ya hemos guardado las
pieles de foca, hemos bebido algo, comido una barrita y juntado las
tablas. El sol ha hecho que la operación sea más agradable, y ya
estamos listos para bajar!!!
Elegimos para el descenso el Torrente
de la Maladeta, con la esperanza de que haya acumulado más nieve y
que el viento la haya perdonado. Bueno, en algún sitio el polvo se
mantiene, pero en la larga bajada probamos un repertorio variadísimo
de nieves. Todas más que tratables, con algún momento
especialmente gozoso de polvo sin tocar!!!
Llegando a la altura del ibón de
Paderna, la nieve ya está transformada, pero no pesada así que
Concha y yo seguimos disfrutando a tope. En la Renclusa recogemos
algunos trastos que habíamos dejado en la taquilla, y enfilamos para
la Besurta, aprovechando los 200 metros de desnivel finales. Aquí no
se desperdicia nada!!!
Un día magnífico, con visibilidad
excelente y muy poco viento, y 1.300 metros de desnivel de bajada
para recordar.
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Itinerario por el glaciar de Maladetas. |
Decidimos tirar para Benasque con el objetivo de subir el pico Gallinero, en la zona de Ampriu en la Estación de Esquí de Cerler. Ha amanecido lloviznando. La predicción
es que va a despejar a lo largo de la mañana, así que decidimos
quedar a las 12:00 en Ampríu con dos amigos, Esther y Jotas, para
subir a la cumbre de Gallinero, con la intención de bajar por la
Canal Amplia.
Son 850 metros de desnivel, que para
mí, que noto el esfuerzo del día anterior en Maladetas, está más
que bien. Concha, como siempre, ni se ha enterado; vamos, que creo
que ni sabe lo que son las agujetas. Las laderas de Gallinero y
Cibollés, con orientación norte, tienen bastante nieve, que con la
escasa llovizna de primeras horas se ha transformado en nieve
primavera.
De todos modos, las altas temperaturas
han hecho aflorar piedras en algunos puntos, así que hay que elegir
con cuidado los itinerarios para evitar a los cocodrilos hambrientos.
A medida que ascendemos vamos
encontrando nieve compactada y humedecida, y el sol nos va
acompañando haciendo el ascenso muy agradable.
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Javi subiendo al pico Gallinero. |
A eso de las 15:00 estamos arriba del
todo. En los últimos 200 metros, el viento ha ido adquiriendo
fuerza, y ya en cumbre es muy intenso. Aunque brilla el sol, el
viento es muy molesto, así que hacemos unas fotos de rigor,
montamos las tablas, y nos damos prisa para protegernos del viento de
oeste en la ladera noreste cuanto antes.
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En la cumbre del pico Gallinero. |
En la bajada, vamos trazando diagonales
para enfilar la parte alta de la Canal Amplia. Las zonas más en
sombra, mientras son altas, mantienen la nieve más o menos seca, muy
agradable, polvo compacto.
Nuestros amigos, Esther y Jotas, son
buenos esquiadores, y para ellos no perder nada de altura en las
diagonales largas que hay que trazar para alcanzar la pala de Canal
Amplia es más fácil, pero Concha y yo, en cuanto aflojamos un
pelín, perdemos altura poco a poco, y nos toca quitarnos la tabla en
medio de una ladera complicada, y hacer acrobacias para remontar los
metros perdidos.
La operación es lenta y delicada, en
una media ladera muy inclinada y pedregosa que se desmorona, unos 20
metros por encima de la cabecera de la pista de Gallinero. Les toca
esperar, pero salimos de la situación sin mayores problemas que la
tensión y el esfuerzo. A medida que bajamos hacia la Canal Amplia,
la nieve se va transformando, y en algunos puntos empiezan a asomar
los colmillos de los cocodrilos, pero "la Canal" de la
Canal Amplia está bien cubierta de nieve, y nos divertimos en el
estrecho tubo de nieve irregular.
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Javi y Concha a punto de empezar el descenso. |
Cerveza final en la terraza del Ampriu,
repasando otro día magnífico.
El próximo hay que compartirlo en vivo
y en directo, peña!!!
Texto: Javi
Fotos: Javi, Concha y Jotas